Muchas veces nos preguntamos: ¿qué es lo que realmente pasa?,
¿por qué esa persona que amamos y sabemos que nos ama,
no logra expresarnos ni hacernos sentir ese amor?...
¿será que no es tan intenso como creemos puede serlo?...
¿o tal vez es que no sabe dejarlo salir de su corazón?...
No podemos dudar del amor de papá y mamá, ni el de los abuelos,
tíos o de aquellos que podemos llamar amigos,
pues es un amor que aunque muchos no lo sepan manifestar,
existe y habita en el corazón, tal vez lo que pasa es que en su historia personal,
de fondo podemos encontrar que nadie les enseñó a amar.
El amor se siente, pero expresarlo se aprende.
muchas veces nace y crece en lo más profundo y oculto del corazón,
pero nunca nadie les enseñó a encontrar la llave que abriera esas puertas
y dejara salir y expresar libre ese amor.
porque hicieron falta desde la niñez los abrazos y mimos,
o escuchar muchas veces para aprender a pronunciar esos TE AMO;
tampoco se dieron y ofrecieron nunca los detalles, ni se crearon los espacios,
para los juegos tiernos y caricias, que en silencio gritan:
eres lo más hermoso y valioso que tengo en la vida.
Sentir amor y no expresarlo, duele tanto como necesitarlo y no encontrarlo;
porque ante ese vacío afectivo del corazón,
la razón se apodera de los sentimientos
e intenta dominarlos con el pensamiento,
asumiendo que es mejor dejarlos dormidos que despiertos,
para evitarnos después debilidades y lamentos.
El amor nace y se instala en lo más profundo del alma,
los seres humanos hemos sido creados por Dios desde el amor,
por amor y para el amor; simplemente que para aprender a expresarlo,
hay que sentirlo, recibirlo, experimentarlo, retroalimentarlo
y a muchos a lo largo del camino, esa oportunidad no se les ha dado,
por eso cuando se trata de sentimientos se vuelven prevenidos
y creen plenamente que lo mejor es evitarlos o reservarlos,
lo que no quiere decir que muy dentro de sí, no sientan por ti,
ese amor que le da razón de ser al vivir.
Por todo esto es válido decir,
que sentir amor no siempre significa saber amar,
y no podemos permitir que en este mundo actual,
en que las relaciones se quebrantan con facilidad
y los hijos crecen lejos de papá y mamá,
nuestros niños y jóvenes sientan que no tienen quien les enseñe
realmente a amar, y por eso busquen en sitios equivocados
lo que pueda colmar el vacío de su corazón,
para no seguir con esta cadena de desamor, de generación en generación.
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