domingo, febrero 07, 2010

•Iluro (Mataró

Fidel Fita


Estudios histórico-arqueológicos sobre Iluro, antigua ciudad de la España Tarraconense, región Layetana, se titula el libro del ameno y sabio escritor D. José María Pellicer y Pagés, que está en curso de publicación, y cuyos tres primeros fascículos, para los efectos del Real decreto de 12 de Mayo de 1875, ha enviado á informe de esta Real Academia la Dirección general de Instrucción pública.

La obra es original de un autor benemérito de la Historia, como lo acreditan otras publicaciones debidas á su infatigable talento y diligencia perspicaz, siempre bien avenida con el decoro de la dicción y la madurez del juicio. Ellas le abrieron las puertas de esta Real Academia de la que es dignísimo socio Correspondiente. Habiendo residido largos años en la ciudad de Mataró, examinado á fondo sus memorias y archivo, y medido á palmos el terreno arqueológico de aquella hermosa comarca, doctísimo en la literatura clásica, y poseyendo de las lenguas orientales y aún de las propias á la antigua España, como la vascongada y la céltica, los elementos suficientes para derramar no escasa luz sobre el campo etnológico de su investigación, y en fin la rara prenda de la circunspecta sobriedad y modestia del verdadero sabio, discurre magistralmente acerca de los problemas históricos de mayor entidad, que recientes descubrimientos, como los de la necrópolis de Cabrera en que se han empleado los ingenios de Francisco Lenormant y de Samuel Birch53, grutas protohistóricas, palafitos, dólmenes, monedas ibéricas, inscripciones griegas y romanas, autoridades históricas y geográficas de buena ley, y aplicaciones bien entendidas de la ciencia geológica ponen en descubierto, primero para el análisis y discusión,

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y luego para la síntesis clara, segura y fundamental de ulteriores investigaciones, ó positivos adelantos. Siguiendo este plan metódico, para cuyo objeto de científica demostración la fotografía le suministra la reproducción exacta de los monumentos más importantes, y el cálculo, ajustado á la realidad, los planos y mapas iluminados, ha logrado el Sr. Pellicer devolver perentoriamente á Mataró su antiguo nombre de Iluro, las monedas ibéricas que acuñó, y su antigua fisonomía ibero-griega, hermana de la de Ampurias; y si bien no ha disipado todas las sombras que no permiten reconocer quiénes fueron los aborígenes del suelo Layetano, ni cuales las sucesivas inmigraciones de las gentes que lo poseyeron antes que se rindiese al yugo momentáneo de Cartago y duradero de Roma, todavía ha sentado principios luminosísimos y marcado corrientes hasta el presente desconocidas, de cuya existencia duda no puede haber, y que ofrecen, bajo el choque de una discusión despreocupada y amiga de la verdad, en lo porvenir la solución de grandes problemas. Así, por ejemplo, al ocuparse el autor en si los Carios del Asia menor aportaron á las playas de Barcelona, capital de los Laios ó Layetanos, combate la opinión, que apunta la ciudad Bargilia, en territorio cario; y la rechaza de todo punto porque54 ni las lápidas, ni los monumentos, ni los numerosos autores antiguos, cuyos textos escrupulosamente recogió Jerónimo Paulo en su carta sobre la etimología de Barcino, autorizan otra lectura que la demostrada por el texto de Avieno:

Et Barcilonum amoena sedes ditium.


Sin embargo, Jerónimo Paulo, autor de fines del siglo XV, no todo lo había leído. Varios autores hebreos de la Edad Media excluyen abiertamente la excepción, echando mano de sonidos intermedios entre la x (griega) y la c (latina) y escribiendo ora imagen ora imagen (Bargeloní, Barzeloní), para indicar la patria gloriosa en que nacieron muchos y esclarecidos rabinos. Los

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Carios y Léleges (de estos últimos provino tal vez la denominación ibérica Laieskn de los Layetanos) tuvieron el cetro del mar antes que los Focenses. El periplo de Hannón coloca la ciudad denominada Karip\on Tei=Xoj (muro de los Carios) en la costa africana del Atlántico55; y quizá suyos fueron los letreros, todavía indescifrables, que cubren no poca extensión de varios peñascos en las islas Canarias. ¿Qué mucho que poblasen en la costa ibérica los que tanto se adelantaron al otro lado del estrecho Hercúleo?

Un punto merece singular atención. La sección destinada á las monedas de Iluro, tiene por principal autor al eminente numismático é individuo de número de esta Real Academia D. Celestino Pujol y Camps.

La obra del Sr. Pellicer, por la muestra que se ha ofrecido, es y promete ser de relevante mérito y de suma utilidad para las bibliotecas públicas. Cumple, pues, recomendarla al Gobierno como contenida en las disposiciones favorables del Real decreto de 12 de Marzo de 1875 y aplicables á ella.

La Academia resolverá como siempre lo más acertado.

Madrid 9 de Diciembre de 1887.

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