jueves, septiembre 06, 2012


  Tu risa - Poemas de Pablo Neruda
   
Quitarme el pan si quieres
quitarme el aire, pero
no me quites tu risa.      

No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto      
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace.      

Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto      
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome      
y abre para mí todas
las puertas de la vida.

Amor mío, en la hora      
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha      
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos      
como una espada fresca.

Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar      
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como      
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.      

Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,      
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,      
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,      
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
 porque me moriria

Abuelos

Cinco tareas con los nietos
Los abuelos de hoy tejen con sus nietos relaciones basadas en el afecto, la complicidad, el apoyo y el intercambio. Los «nuevos abuelos» brillan hoy por su disponibilidad y su capacidad para asumir roles múltiples. Esos diversos roles pueden resumirse en una idea: ayudar a los nietos a crecer. Hoy los abuelos se asignan a sí mismos cinco tareas esenciales que dan testimonio de la riqueza de la relación con sus nietos, pero también evidencian el peso y las responsabilidades de su nuevo papel.
1. Cuidar a los nietos
¿Qué harían muchas parejas en las que los dos miembros trabajan si no pudieran contar con los
abuelos para cuidar a los niños cuando salen del colegio o durante viajes y vacaciones? ¿Cuántos abuelos de nuestro país desempeñan la función de canguros? Las estadísticas hablan de centenares de miles. Y, a medida que los años pasan, aumenta el número de abuelos que se convierten no solo en elementos esenciales del equilibrio familiar, sino también en piezas importantes en el plano social y económico, ya que palían deficiencias en el terreno del cuidado infantil y, al realizar gratuitamente un servicio que suele ser remunerado, permiten a los padres hacer ahorros sustanciales.
2. Transmitir valores y saberes
El
papel de los abuelos no consiste en ocuparse de la educación de los nietos (tarea de los padres), sin embargo, como «especialistas de la vida», sí les corresponde naturalmente transmitir sus conocimientos, experiencias... Los niños están deseosos de aprender, y a los abuelos los complace ese papel de transmisores de saberes y valores. La palabra valores no debe asustar. No designa principios rígidos ni polvorientos, sino elementos fundamentales que ayudan a los niños a construirse a sí mismos: abrirse a los demás; disfrutar de las cosas bien hechas; ser pacientes; saber compartir...
3. Escuchar
Los abuelos son
confidentes de los nietos por vocación y desempeñan ese papel maravillosamente. El salto de una generación entre ambos les permite poner distancia y desapasionar las relaciones. Cualquiera que sea la edad de los nietos, el papel de confidente se ejerce a través de la confianza recíproca. Sin embargo, en etapas concretas de la vida, adquiere una dimensión valiosa. Por ejemplo, en la adolescencia de los nietos, el papel de los abuelos reposa también en la facultad de relativizar los problemas. Su experiencia de la vida es una excelente herramienta para conseguirlo. La paciencia y la capacidad de escucha añaden el resto...
4. Mantener los lazos familiares
Cuando la estructura familiar salta por los aires, los abuelos son a menudo los únicos que mantienen los lazos intergeneracionales y genéticos. Son ellos los que encarnan los valores esenciales de pertenencia, origen y cohesión. Ayudan a los niños a mantener su identidad cuando no saben ya dónde están sus raíces.
5. Divertirse
Los momentos de encuentro entre
abuelos y nietos son a menudo tiempo de vacaciones, un periodo sin los problemas y obligaciones de los meses escolares. Son días de desayunos tardíos, de helados demasiado grandes, de pequeños placeres que se convierten en los mejores recuerdos. Abuelos y nietos tienen que poder disfrutar juntos de ese espacio y ese tiempo de libertad.