miércoles, diciembre 26, 2012



NADIE TE VE
 
Nadie te ve, mujer enamorada,
como te he visto yo, como aún te veo,
desbordante de luz, y engalanada
del atavío rojo del deseo.
 
Nadie te ve, mujer, porque te ocultas
bajo semblante de serena calma;
mas yo ví las borrascas que sepultas
en los fondos recónditos del alma.
 
Nadie te ve, mujer, tal como eres,
te ven como deseas que te vean:
Sobria en derechos, rígida en deberes,
y principios que nunca titubean.
 
Nadie te ve impulsiva y soñadora
como te ví, como te amé aquel día
en que olvidaste el porte de señora
para estallar en fiera fantasía.
 
Nadie ve el natural voluptuoso
bajo el marco social encadenado,
ni los hijos, los padres, o el esposo
que existen, más que viven, a tu lado.
 
Pero yo he visto en la naturaleza
volcanes que juzgamos extinguidos,
y un día su furor se despereza,
en orgía de fuego y estallidos.
 
Y quienes a su sombra establecieron
sus campos de cultivo y sus poblados,
lamentarán que nunca percibieron
esa voz que clamó a gritos callados.

Texto de Francisco Álvarez Hidalgo

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